Por eso quise compartir esta reflexión, esperando ayudar a todos aquellos que como yo un día, tenían miedo de no agradar a Dios.
v.21 El que hace la voluntad de mi Padre...
Jesús enseñó enfáticamente que el cumplimiento de la voluntad de su Padre celestial era una condición para entrar en el reino de los cielos.
(No hay que confundir este hecho, con el pensar que la salvación se merece o se gana mediante los esfuerzos humanos, una cosa no tiene nada que ver con la otra.)
- Debido a lo siguiente:
Se recibe el perdón de Dios mediante la fe y el arrepentimiento sincero hechos posibles por la gracia y la muerte expiatoria de Cristo. Mt 26:28 " Porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados."
La obediencia a la voluntad de Dios, es en efecto la condición permanente para la salvación; Cristo también afirma que es una gracia de la salvación del reino. Como tal se debe orar continuamente por ella, recibirla y hacerla eficaz mediante una fe sincera y un esfuerzo intenso. Fil 2:12-15 " Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad. Haced todo sin murmuraciones y contiendas, para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo."
Veamos lo que nos enseñó Cristo en el Padre nuestro... Mt 6:9-13 " ... hagase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra..."
Cuando estamos verdaderamente dispuestos a hacer la voluntad de Dios, es cuando estamos dispuestos a negarnos a nosotros mismos, no queriendo hacer nuestra voluntad, sino la de Dios en nuestras vidas, para agradarle y obedecerle plenamente en todo.
Y en muchas exhortaciones dirigidas a los creyentes para que hagan morir el pecado y se presenten a Dios como sacrificios vivos. Ro 6:1-14, Ro 8:1-17, Ro 12:1-2
Cada uno puede hacer la voluntad de Dios y llevar una vida en virtud de ese don, es decir, de la gracia y el poder de Dios, y de la vida espiritual que continuamente se le da por medio de Cristo Ef 2:5 "Aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos)." Las escrituras declaran que..., "por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios... porque somos hechura suya" Ef 2:8-10
Dios siempre pone a disposición del creyente la obediencia que Él exige de sus hijos. Se atribuye a la acción redentora de Dios. " Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad." Fil 2:13
La gracia de Dios obra en sus hijos para producir el deseo y el poder para hacer su voluntad. Sin embargo, la obra de Dios no es de «imposición». La obra de gracia en los creyentes siempre dependen de su fidelidad hacia Dios y de su buena disposición a cooperar.
No obstante, el don de la gracia de Dios no anula la responsabilidad ni la acción humana. Cada uno debe responder positiva mente al don de la obediencia a Dios. Ef 4:22-25 porque toda persona sigue siendo libre para rechazar la gracia de Dios, para no querer acercar ce a Dios por medio de Cristo, y para negarse a pedir y a aceptar la vida de obediencia. ( lo que comúnmente llamamos el libre albedrío).
No podemos justificar nos diciendo; " Señor en tu nombre hicimos tales y tales cosas..." v.22 ya conocemos la respuesta del Señor, la salvación no se puede ganar a través de obras, sino por fe. Además, hay muchos engañadores, que pueden hacernos creer, que porque tienen obras son hijos de Dios, sabemos que el mismo Satanás se viste como ángel de luz 2Co 11:14-15" Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras." Mt 24:24 "Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos."
v.23 el mismos Señor, terminara respondiendoles " Nunca os conocí; apartaos de mi, hacedores de maldad"
Por lo tanto esta claro que el que realmente quiere agradar a Dios, hace su voluntad. Se rinde a Cristo y lleva una vida conforme a las escrituras, no buscando hacer su voluntad propia sino la de Dios y así estaremos confiados que tendremos entrada en el reino de los cielos! Que Dios te bendiga!
1 comentario:
Excelente articulo lo pondre en facebook
Publicar un comentario